Hoy en día existen diferentes definiciones para explicar el término yoga. En el segundo de los 196 versos de los Yoga Sutras de Patanjali se aplica una definición para yoga que sería el control de las diferentes fluctuaciones de la mente. Cabe destacar que estos textos fueron escritos por Patanjali, antiguo sabio indio, autor del sistema completo del Yoga. El conjunto de estos versos data de hace más de cinco mil años y es considerado como un escrito esencial de la disciplina. Por lo tanto, se podría considerar que el Yoga es la práctica que lleva a silenciar el movimiento de la mente, obteniendo como resultado un aquietamiento que busca directamente la autorrealización suprema del ser. Esta finalidad se basa fundamentalmente en el autoconocimiento de uno mismo y del todo, de la propia esencia.
Uno de los “mitos” más extendidos es considerar que acallar la mente consiste en dejarla en blanco y vacía, cuando en realidad su naturaleza la lleva a una constante actividad que el yoga nos ayuda a ir reduciendo paulativamente la identificación con dicho movimiento. El contexto exterior en el que se desarrolla nuestra vida está caracterizado por la dualidad, como el día y la noche. La ciencia del yoga nos invita a integrar dicha dualidad comprendiendo que la mente contiene una esencia similar, percibiendo, proyectando y traduciendo de forma natural.
Podríamos afirmar que la reducción de las distintas fluctuaciones de la mente son el resultado, o la causa, de la desidentificación continuada del yo con la dualidad. Simplemente somos testigos de lo que sucede, y en realidad, nuestra esencia, nada tiene que ver con ello. Este proceso, por ende, nos conecta con el recuerdo de que somos parte de algo inmaterial, puro e inabarcable. Por lo tanto, es fundamental silenciar el ruido de la mente para poder alcanzar un grado de conciencia que nos permita experimentar la idiosincrasia de nuestra propia existencia.
La experiencia del Yoga es simplemente unión. Si hacemos una breve investigación nos encontramos con su traducción en sánscrito que nos indica esta verdad irrefutable. Yuj, raiz de la palabra Yoga signifia juntar, enlazar y fijar. Por lo tanto, y en base a la documentación disponible, se hace referencia a la fusión entre todas las envolturas y del propio Ser con la Inteligencia Cósmica. Finalmente podemos considerar como meta la integración con la Suprema Conciencia, relacionando dicho momento como un autentico regreso al verdadero origen, significando al mismo tiempo la auténtica realización del Ser.
Para profundizar más en el proceso interno del yoga podríamos apuntar que su práctica continuada nos conduce a la experiencia de profundizar y atravesar las capas (cuerpo, mente y alma), más tangibles y sutiles de nuestro sistema, todas ellas relacionadas entre sí, para descubrir nuestro Ser Real. Todo lo que percibimos a través de los sentidos se caracteriza por su impermanencia y limitación, contrariamente, lo que el yoga nos ayuda a descubrir es que nuestra esencia verdadera es permanente e ilimitada. Sería un error caer en la simpleza de querer deshacernos de lo que no somos, de esas capas que forman parte de nuestra manifestación física, cuya inseparabilidad es necesaria para recorrer nuestra experiencia terrenal. La clave radica en darnos cuenta, en experimentar que no somos dichas capas, tan solo debemos transcenderlas y ponerlas al servicio del viaje que estamos experimentando, encaminando nuestros pasos hacia el autonocimiento y reencuentro con aquello de lo que formamos parte, la Gran Consciencia.
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Fuente del artículo: https://www.yogaone.es/blog/wp-content/uploads/2020/02/Manual_IntroalYoga.pdf
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